jueves, 15 de octubre de 2020

Felices 40

 A escasos 35 minutos de cumplir 40 años, he de confesar, que no he llegado a ellos como soñaba hacerlo a los 20.

Me imaginaba viviendo en otro lugar, con una vida distinta, me imaginaba regia, usando ropa de diseñador, comprando... gastando mucho y trabajando para poder pagar todo ello, mucho también por supuesto. Esperaba dar una gran fiesta para celebrar haber llegado a esta edad tal como la descripción anterior lo indica. 

Pero la vida, decidió darle un color más pastel a mi existencia, que me case con el amor de mi adolescencia, que tengamos al hijo más fantástico del mundo, que viva en mi ciudad natal, cerca de mis padres, donde tengo mucha familia y amigos.

Sin embargo, las cosas no siempre son de color rosa y cuando tienes una enfermedad como la mía (lupus), nada será nunca como lo esperas.

Vivo gracias a una máquina que 3 veces por semana me lava la sangre, por esto tan complicado de la insuficiencia renal. He subido en los últimos 2 años, 30 kilos, que son evidentes y muy incómodos, tengo otro color en el rostro y si hablamos de colores, pues los brazos morados. En resumen, mi apariencia no es la de una persona saludable.

Aún así no pretendo quejarme, pues uno es lo que lleva adentro, aunque por dentro la descripción podría ser un tanto peor, pero me refiero a la esencia, a lo que somos. Y por dentro me veo siendo una mujer de 40 feliz, bendecida, afortunada, amada, apreciada, repito feliz, creo que no podría serlo más.

Así que en este día que está por empezar, estaré feliz de recibir sus saludos y lamento no poderlos invitar a una fiesta como el acontecimiento se merece pues la emergencia sanitaria aún no termina, pero ya habrá tiempo de celebrar después y fingiremos demencia para simular que recién cumplo los 20+20.

No me queda mas que desearme un feliz cumpleaños!!

domingo, 11 de octubre de 2020

Qué difícil es ser niño

 Poema que compuse para la tarea de mi hijo



QUÉ DIFÍCIL ES SER NIÑO

 


Qué difícil es ser niño

En los tiempos de pandemia

Sin cometer delito alguno

Nos confinan al encierro

 

Desocupamos nuestras aulas

Se nos obliga a permanecer en casa

No salimos, no abrazamos

ni a nuestros abuelos vemos.

 

Se nos niega jugar en la calle,

O andar en bicicleta

Ya no hay risas en los parques

La pelota se guardó

 

El paseo de los viernes al mall,

visitar a los abuelos después

ha quedado postergado

a ver qué dice el Presidente

 

Qué difícil es ser niño,

Cuando no se nos escucha

Encerrados en uno o dos pisos

No podemos ser nosotros.

 

Ahora hacemos clases en casa

No es tan fácil y es cansado,

Pero al menos por unas horas

Veo a mis amigos en la red


Ojalá pronto concluya

este inmmerecido castigo

Ojalá que nuestra vida

Pronto vuelva a ser normal.

 

Qué difícil es ser niño!

lunes, 5 de octubre de 2020

El mar y los 5 sentidos

Hay unas sensaciones especiales que a mi me maravillan, tienen que ver con el olfato y la química y los sentidos, es sentir ciertos aromas, dos en particular, que renuevan en mí la energía. 

El primero es el petricor, ese olor a tierra mojada que se produce después de una lluvia, que produce un perfume maravilloso y hace que el olfato sea encantado, cierro mis ojos y puedo intentar sentir al menos aquella sensación especial que sucede justo cuando regresas de la playa a la ciudad y sientes el olor de aquella primera lluvia del verano. 

Sensación solo superable por el aroma que sientes al llegar a la playa, ese especial que producen los organismos vivos de las profundidades marinas, una alga unicelular Emiliana Husleyi, que investigando descubrí que produce sulfato de dimetilo, que es el responsable del olor a mar.

La playa, es mi lugar favorito. Cuando me he sentido mal, en las terapias de relajación, visualizo el mar, siempre me veo frente a la orilla, esperando que el mar toque mis pies y me contagie su energía. El sonido de las olas me llena de paz. El mar despierta todos mis sentidos. 

Puedo pasar horas viendo las olas ir y venir, ver que nunca se forma una igual a otra y esperar el atardecer para ver como el sol se duerme en el mar; mirar hacia el horizonte e imaginar qué puede haber más allá.

Cierro mis ojos y percibo ese aroma marino, que renueva mi alma, que me llena de esperanza; que me cura de todo, que me llena de oxígeno y me cambia los aires.

Confieso, que muchas veces he tragado agua del mar, pues me gusta meterme entre las olas sin importarme que me arrastre hasta la orilla y he sentido ese gusto salado; tal vez es el único que no es mi favorito.

Me siento frente al mar y escucho los golpes de las olas contra la arena, el graznido de las gaviotas y mi cuerpo se estremece todo. No hay sonido que logre relajarme más. Siento como mis oídos se relajan realmente, que me liberan de todo el stress y me llenan de paz.

Y finalmente, mi sentido favorito, el tacto. El solo roce del mar con mis pies, me llena de energía. Espero a que regrese la ola, siento la arena en mis pies, el frío del agua. Siento, luego existo.

 Puede venirse el mundo abajo pero si logro llegar hasta el mar y tocarlo, mis energías se renuevan y el mar me entrega todo su poder para afrontar todo, todo lo que haya de venir. No importa nada más si puedo sentirlo en mis pies, en mis manos, en toda mi piel.

Creo que nací en el lugar equivocado, nací en la sierra, pero amo la costa. Amo la playa, el mar y todo lo que representa. Lo amo, porque logra hacerme sentir en paz y llenarme de esperanza, que es algo que en casos como el mío necesito más que nada.



miércoles, 1 de enero de 2020

Como empezar este Balance Anual?
Positiva o negativamente?

Bueno, no me caracterizo por ser una persona negativa, así que empezaremos por lo bueno, aunque me está costando un poquito más.
De hecho, el año ha tenido momentos muy buenos, como por ejemplo poder realizar aquel viaje que tanto deseaba. Si, me fui a Suecia con toda mi familia y 200 kilos de equipaje médico incluidos, fina cortesía de KLM (no me cobraron ni un sol por el exceso de equipaje, realmente son lo máximo). 
Pasamos días geniales visitando a mi hermana, conociendo su casa, dónde y cómo vive; Nico conoció un mundo diferente, una cultura totalmente distinta a la nuestra. Valió sin duda la pena el sacrificio, aunque dice el refrán "después del gusto que venga  el disgusto" o en mi caso el susto. Pero eso es historia aparte.

Debo decir que he visto muy disminuida mi vida social este año, pues no he tenido un solo bautizo ni matrimonio al que haya sido invitada, así que de fiestas no puedo hablar.

La verdad, dejándose de hipocresías, este año me trato como a piñata, he llegado a maldecir y odiar este año.

Para empezar el año me regalo un aumento de peso exorbitante, me deja con 20 kilos de más. Se supone que con el tratamiento alternativo a la Hemodialisis me iría mejor, pero mejor mis polainas.

Empecé el año sin poder tener verano, es decir, creo que no fui más que 1 día o 2 a la playa y no me pude bañar. Para mí eso, es un verano horroroso.

No pasaron muchos días y en abril se presentó mi primera peritonitis asociada a la diálisis. Tuvieron que operarme y retirarme el catéter pues no había sido colocado de manera adecuada, lo que facilitó la peritonitis.  Fatal, me habré sentido tan mal y miserable, que mis defensas cayeron tanto pero tanto que no bien me dieron de alta, uno de esos viruses oportunistas decidió que era momento de aparecer y me diagnosticaron Herpes Zoster. El dolor más intenso que he sentido en mi vida, me hizo sufrir además algunos otros padecimientos, pero lo peor de todo es que hizo sufrir a mi pequeño Nico, quien empezaba un difícil tercer grado; que por mas de una razón fue difícil como ya habrán leído antes. No hay duda que cuando alguien enferma en casa, toda la casa se enferma.

Bueno pues como contaba, este condenado herpes, me dejó como regalito la aparición de múltiples neuropatías, como la que me dejó en la pierna derecha, que no permite que me desplace con normalidad y sin ayuda de un bastón (llevo 5 puntos en una rodilla por no usarlo); o la de mis brazos que hacen que casi no pueda tener muchas cosas en las manos sin que las tire al suelo. Pero sabes qué? el herpes no me derrotó, porque así cojita, cogí mis maletas y me fui pa' las Europas a ver a mi hermana y a mis amigos.
Puedo decir, a favor del bastón, que fue muy útil en los aeropuertos tenerlo, pase rápido en todo y para todo, incluso en Legoland, para mí y otras 3 personas más. De todos modos el lado positivo se puede encontrar no??
Pasé 21 días fabulosos por Suecia, Dinamarca, Holanda y Francia; y principalmente nos llenamos de amor familiar. Vi a mis sobrinos jugar con su primo y romper las barreras de idioma y espacio  ser cómplices como éramos mis hermanas, mis primos y yo cuando chicos.

Me encontré con mis grandes y entrañables amigos en una visita fugaz a Paris, ojalá hubiera tenido más tiempo para poder ir a la cabaña, pero verlos en una ciudad tan bonita, valió mucho la pena. Y me di cuenta que cuando los amigos son buenos, no importa el tiempo ni la distancia, puedes hablar con ellos como si los hubieras visto ayer.  

Pero como ya adelanté, después del gusto, el susto, pues ni siquiera terminé de bajar del avión y estaba visitando la sala de emergencias en Lima. Y como suele pasar cuando vas de noche a un hospital, mientras más rápido te botan, mejor para ellos, así que me dieron unos calmantes para el dolor y se evitaron el diagnosticarme una nueva peritonitis, la que por supuesto, llegando a Arequipa si hicieron  y atendieron por la gravedad de la misma.

Así que nuevamente hospitalizada pero felizmente cedió rápido. Pero me inflé como un globo, cosa que hizo que en más de una oportunidad esos imprudentes que nunca faltan, me tocaran la barriga y me preguntaran si estaba esperando bebé.... Grrrr que impotencia no responderles un "Carajo a ti que te importa".

La verdad es que me cuesta trabajo recordar los días buenos en el intermedio de mis desgracias, pero de que hubieron, sin duda más de uno, como ver a mi hijito izar la bandera de su colegio o despertar feliz algunos días por el solo hecho de saber que despertaste con vida y que estas bendecida con un esposo maravilloso, un hijo hermoso y adorable y una familia que te quiere por sobre todas las cosas.

Luego, cuando crees que el año ya no puede ponerse peor, llega noviembre y te da otra peritonitis, llegas al hospital y te advierte el médico que, si ésta no mejora, será la última y vuelves a hemodiálisis; pero, me pregunto yo para qué esperar, así que no bien salí del cuadro, pedí regresar a la dialisis de la que nunca debí haber salido. Lo malo es que aún a pesar de haber estado antes tantos años en hemodiálisis, mi cuerpo aun no se adapta bien a ella del todo, aunque aun así, estoy mejor y eso que me tengo que aguantar el catéter en el cuello.

Así que en resumen, fue un año horrible, incluso hoy fue un día horrible y a escasas 4 horas de que acabe el año solo puedo decir: Adíos 2019, de verdad quiero que ya termines. Lleva contigo todo lo malo, pues el aprendizaje lo conservaré aunque no me haya hecho muy feliz adquirirlo. 

Cerramos así una década que para mi fue muy difícil si me pongo a pensar, pero me deja lo más valioso que tengo en la vida, un hijo maravilloso, un esposo maravilloso, unos padres maravillosos y familia y amistades maravillosas.

Feliz Año Nuevo!!! Feliz Década Nueva!! Vivan bien, amen mucho, decidan hacer aquello que quieren, si yo he podido, ustedes que tienen salud, cuánto más.

Bienvenido 2020!!!!

martes, 10 de diciembre de 2019

Gracias y hasta siempre querido Pipo

Hacerme a la idea que debía despedirme de mi bebé, de mi gordo, de mi perro amado, el que me acompañó casi 14 años, fue muy difícil para mí.

Atravesaba momentos de salud muy difíciles pero él también. Queríamos que sufriera lo menos posible. Durante años le vimos aparecer y desaparecer tumores, pero cuando empezaron a sangrar era la señal.
Coordinamos con el veterinario la hora. Sería en nuestra casa, para que él no tenga miedo. Sordo, bastante ciego y con el olfato disminuido el seguía dándonos esas muestras de cariño con su larga cola y su enorme cabezota. ¡Qué momentos tan difíciles!

¿Difíciles dices? Difíciles momentos los que pasa un niño de 9 años al que se le arrebatará a su mascota, a su hermano, porque cuando eres hijo único tus perros son parte de tu familia y para Nico, Pipo era su hermano. Le quiere de toda su vida, puedo imaginarlos viendo tele juntos o a Pipo siendo su guardián. El dolor que siente mi niño me parte el alma.
Él, parece entender que es por el bien del perrito y por la salud de todos, pero que lo entienda no quiere decir que no se le parta el corazón.

En uno de mis intentos por suavizar la cosa le digo que es el siguiente camino que Pipo debe tomar, él con los ojos llenitos de lágrimas me pregunta: mami ¿y ahora a dónde irá? Le digo: al cielo de los perritos. Y con toda la dulzura, como pidiendo un deseo me dice "cuando yo muera quiero ir allí, al cielo de los perritos".

Derrotada en mis intentos de hacerlo sentir mejor, lo abrazo y lloro también con toda la pena que se puede sentir por la partida de una mascota y con todo el dolor que siente una madre cuando su hijo tiene el corazón roto.

Llegado el momento, algunos besos y caricias y un gracias de corazón Pipo, por haber formado parte de nuestras vidas y habernos dado tanto amor. Hasta hoy sentimos tu partida, te extrañamos mucho y nos haces falta.

Recuerdos sobre Pipo tengo muchos, pero el que algunos conocen y es digno de una película es de cuando se extravió por 26 días y luego, él mismo me encontró. No sé si habrá en el mundo perro más fiel y leal que el que perdido, hace todo lo posible por volver a casa. Aquí va la historia.

Por el año 2013, fui trasplantada de riñón debido a la insuficiencia renal que padezco. Durante 3 meses asistía dos veces a la semana al hospital, para controles y exámenes de laboratorio a partir del cuarto mes esto varió a solo una vez por semana.

Una noche mi esposo y yo salimos a un compromiso. Una de nuestras inquilinas, regresó de su trabajo bastante tarde y Pipo y otro perrito que teníamos entonces Moki, alborotados por las hormonas pues al parecer una perrita en etapa de apareamiento pasó por allí; le tumbaron la puerta y salieron de casa a media noche. Al volver nosotros de la reunión vimos que no estaban y así tarde salimos a buscarlos, sin éxito. Esperamos que vuelvan a la mañana siguiente como algunas veces ya lo habían hecho, pero nada. Al tercer día publicamos carteles y los pegamos en todas partes. Algunas personas llamaban diciendo que lo vieron por aquí o por allá pero nada. A los 15 días habíamos perdido la esperanza de encontrarlos.

En esos días, como ya conté mis visitas al hospital eran más distanciadas, solo iba un día a la semana. Y precisamente no había ido mucho esos días. Como al día 26, suena el teléfono, una voz conocida, Reynaldo, un muchacho que vivía en nuestra casa y en ese momento hacia sus prácticas en el hospital, me dice que había encontrado a Pipo. ¿Dónde? Pregunto yo. En el hospital responde él.
Es sabido que a espaldas del hospital por las noches se juntan algunos perros, habíamos buscado varías noches por allí, así que supuse que por eso estaba allí.

Salgo disparada a su encuentro, cerca del lugar vuelvo a llamarle y le pido que me diga donde buscarlos, me responde “en el hospital, ¡adentro!”, me explica que por la puerta que da al cuerpo médico. Yo quedo estupefacta. Nunca utilizo la puerta principal para entrar al hospital, sino la del cuerpo médico pues me gusta que huele a café recién hecho. Llego y allí está él, echado bajo una maceta grande, esperando. A pesar de reconocer a Reynaldo no quiso irse con él, sin embargo apenas me escucha sacude las orejas y viene hacia mí dando alaridos y aullidos como dándome una explicación de donde ha estado todo este tiempo y de cómo es que vino a esperarme al hospital, porque sabía que tarde o temprano yo volvería allí. Por supuesto con todo su tamaño me tumba al suelo, pero no me importa. Lo veo, esta muy flaco y tiene heridas por todo el cuerpo, cicatrices que cuentan por todo lo que ha tenido que pasar.
Pero al fin eso terminó, me encontraste, supiste dónde buscarme porque no querías estar lejos de mí ni de tu familia. Por eso gracias Pipo, fuiste siempre el más leal.

Hoy que ya no estás, extraño la pata de los buenos días, o tu sonrisa nerviosa mostrando los dientes cuando volvía a medio día, o como sabias señalarme dónde estaba tu plato a la hora de servirte la comida o tus colazos que eran como latigazos. Te extraño mucho.

Me despido de ti diciéndote gracias y queriendo de corazón que lo que le dije a Nico sea cierto y ahora estés en el cielo de los perritos y pueda verte de nuevo algún día.

Hasta siempre mi gordo.

lunes, 12 de junio de 2017

El Inicio

Recitan dos frases muy conocidas: Nada es imposible. Y nunca es tarde para empezar.

Entonces, es el momento de arrancar.

Siempre me ha sido fácil hablar, pero me ha gustado mucho más escribir.

No me gustan mucho las cosas que revisten demasiada seriedad, odio hablar de política y de religión, y a pesar de ser abogada, odio las discusiones y evito el conflicto.

Me gusta más lo entretenido, lo que provoca risas y aquello que hace surgir sentimientos agradables y demostrar sensibilidad.

Para quienes me conocen, saben que no la paso fácil, lo que me pasa podría causar en mí una terrible depresión; sin embargo, trato siempre de mantenerme de buen humor, lo que resulta sencillo si te rodeas de las personas adecuadas.

Para los que no me conocen, seguro ya les entró la duda de qué es lo que me pasa, bueno, hace poco más de 20 años me diagnosticaron Lupus Eritematoso Sistémico, el que con el paso del tiempo me ha ocasionado Insuficiencia Renal Crónica Terminal y como consecuencia daño hepático, convirtiéndome en una persona con discapacidad orgánica.

He sido trasplantada de riñón, pero por el mismo lupus he rechazado el injerto; así que actualmente me encuentro en hemodiálisis, pues tuve que dejar la diálisis peritoneal porque la peritonitis me afectó en muchas ocasiones por ser más propensa a las infecciones que otros y mi pared peritoneal no funciona como debería.

Debo decir algo a favor de la hemodiálisis, que no es tan terrible como parece, después de unas 8 a 10 sesiones, te acostumbras a ella y hasta llegas a quererla.

Pero, no te cuento todo esto para que te sientas mal por mí, sino para que entiendas que si a pesar de todo esto, yo sigo de pie y puedo hacer todo lo que hago, tú, que estás completo, tienes salud, que no necesitas de una máquina para vivir, aprecies tu vida y la disfrutes.

La verdad es que solo cuando te has acercado a la muerte, entiendes lo importante que es vivir hasta tener que enfrentarle de nuevo; así que mi frase favorita, mi bandera, parafraseando a mi cantante favorito, Ricardo Arjona, es "viviré hasta que me muera", disfrutando cada segundo que me da la vida, con todo y sus limitaciones.

Para empezar este blog, compartiré algunos post que escribí en momentos difíciles de mi vida, que surgieron también de momentos felices, a los que mis amigos en facebook les dieron muchos likes y me dejaron mensajes de aliento que me ayudaron a seguir, a nunca darme por vencida y a entender que en la vida nada es imposible.

Gracias por leer esto y seguirme. De corazón espero que estén bien y que tengan un lindo día (o noche).

Y si te has preguntado, qué significa PETRICOR, pues bueno, es el olor de la lluvia sobre la tierra seca, algo que hace que a través del olfato, tu alma se inunde de sensaciones felices.

Giovanna

Felices 40

 A escasos 35 minutos de cumplir 40 años, he de confesar, que no he llegado a ellos como soñaba hacerlo a los 20. Me imaginaba viviendo en o...